domingo, 1 de diciembre de 2013

Te esperaré. Capítulo 10

Despertó a la mañana siguiente con los rayos de sol que se colaron por la ventana del salón. Se restregó los ojos e intentó recordar porqué estaba en el sofá. Casi de inmediato, todos los recuerdos vividos por la noche regresarón a su mente y la obligarón a volver a echarse y ponerse la mano en la frente. Demasiado caliente. Tenía fiebre. Estaba bastante mareada y le dolía la cabeza. Miró a su alrededor, y aunque todo le daba vueltas consiguió descubrir que su madre aún no se había levantado. Se levantó a duras penas y agarrándose a todos lados, subió lentamente las escaleras hacia el cuarto de su madre. La encontró tumbada en la cama, con los ojos fijos en el techo.
-¿Mamá?-consiguió articular Savannah.
Anne se incorporó.
-Hola cielo. ¿Has dormido bien? Supongo que no, te pasaste toda la noche gritando, dando patadas, llorando... ¿Qué paso anoche? ¿Qué tal con Jonh? ¿Pero qué te pasa? Tienes muy mala cara. ¿Estás enferma?
A Savannah todas esas preguntas se le juntaron en la mente y no le dejaban concentrarse. Se sentó en la cama y dijo:
-Creo que tengo fiebre.
Inmediátamente, Anne fue al baño a por un térmometro, se lo colocó y tras un rato contestó:
-38ºC y medio.
Su hija suspiró.
-¿Quieres una manzanilla o algo?
-No, estoy bien.
-Túmbate.
Savannah se metió en la cama.
-Vamos a esperar y si te pones peor, esta tarde te llevamos al médico.
La chica se incorporó un poco.
-¿Y qué es lo que decía anoche?
-No sé, decías algo cómo: "¡No, suéltame, déjame en paz, ¿que te he hecho yo? Pensé que me querías!" jajajaja. Cosas sin sentido.
Pero para Savannah tenían mucho sentido. Inmediátamente recordó lo que había soñado.
-¿Y qué tal la fiesta?
-Eh... bien.
-¿Y qué tal el karaoke?
-Bien
-¿Y?
-...
-¿Participaste?
-Participé.
-¡Sí, genial! Te dije que lo harías muy bien.
-Un momento. ¿Quién te ha dicho a ti que hubo karaoke?
-Jonh.
¿Qué? Savannah se sintió en un hoyo sin salida.
-¿Cómo que Jonh?
-Sí, cúando regresé de charlar con Samuel, él estaba en la puerta. Parecía inquieto, dándo vueltas... Me dijo que te dijera que lo sentía mucho, que cantaste genial y que te quiere.


                                                                     

                                      ♥

 Pasó el resto de la mañana en la cama, con su madre cuidándola y el mundo dándole vueltas. Pero no sólo por encontrarse enferma, sino por todo. Necesitaba aclarar sus ideas, pensar en Jonh, en Ben... A ver, Jonh se había enfadado en la fiesta, había dejado por un momento de ser el chico perfecto, pero ¿qué? Sólo fue un segundo, y me pidió perdón. Pero, todas ésas pesadillas que tenía... querían decirle algo. Y Ben... Ben. Lo seguía amando, de eso estaba segura. Le echaba de menos pero ¿a quién amaba más? Estaba realmente perdida. Y vomitó, por fin.

Tras este síntoma, su madre la llevó a urgencias.  En la sala de espera había unas veinte personas más y el rato se le hizo eterno. ¿Para qué? Pues para nada. El doctor le dijo recetó un jarabe sin saber explicar que tenía, aunque barajeando varias hipótesis. Reposo y se seguía igual o peor, que volviera.

Al salir de urgencias recibió un mensaje:

Savannah, perdóname. Te quiero más que a mi vida. ¿Podemos quedar mañana a las cinco en la cafetería? De nuevo, te amo.  

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